El concepto de equidad está vinculado a la justicia, imparcialidad e igualdad social. El género, por otra parte, es una clase o tipo que permite agrupar a los seres que tienen uno o varios caracteres comunes.
Se conoce equidad de género a la defensa de la igualdad del hombre y la mujer en el control y el uso de los bienes y servicios de la sociedad. Esto supone abolir la discriminación entre ambos sexos y que no se privilegie al hombre en ningún aspecto de la vida social, tal como era frecuente hace algunas décadas en la mayoría de las sociedades occidentales.
De ahí que podamos establecer, por tanto, que para que tenga lugar la mencionada equidad de género se
tienen que producir o generar dos situaciones concretas y fundamentales. Por un lado, estaría la igualdad
de oportunidades y por otro, la creación de una serie de condiciones determinadas para que se puedan
aprovechar las citadas oportunidades.